baile
BAILE
DE BODAS
-Ya
vienen los novios. Ya se acercan al altar. Ya suena el Ave María de
Schubert.
-¿Qué
tal estás, Delia, de tu feliz parto?
-Yo
bien, Daniela, mi marido es muy majo.
La
boda que se celebra es de una hija de Daniela.
Daniela
es una mujer y madre de nueve hijos; ocho chicas y un chico. Es
aragonesa, y el baile y la jota animan su vida y su caminar.
Está
casada con Daniel, un segoviano presumido, a quien, también, le
encanta el baile y la jota segoviana. Creo que él participó con
algún grupo de paloteo, danzantes de palos en las fiestas religiosas
principales de los pueblos; aunque esta danza es de origen pagano,
como todas las creencias habidas y por haber.
-Un
casamiento sin música; y una boda sin baile, es como un tiesto sin
flores, decía el Daniel.
Gómez
es su apellido y, en las bodas, cuando el baile, su esposa, hijas e
hijo, y él mismo, eran los primeros que comenzaban a bailar.
A
los comensales invitados y asistentes a la boda se les oía decir:
-Qué
alegría tiene toda esta familia Gómez.
-Qué
bien bailan, y qué guapas son todas sus hijas.
-Este
es un broche de oro para el final feliz de una boda encantadora.
Majas
y lindas, tanto la madre como las hijas siempre estaban dispuestas a
bailar en cuanto sonaba una orquesta, un grupo de rancheros, o una
música. Siempre eran las primeras.
El
hijo también bailaba, pero menos.
Los
maridos de las hijas y la esposa del hijo no bailaban.
-Yo
te digo, Antonio, como siempre amigo, que estas “carabancheleras”
(porque su domicilio le tenían en Carabanchel, de Madrid), tienen la
alegría en el cuerpo y la música en las venas; le decía Pepe.
-Sí,
pero no saben freír un huevo; aunque, eso sí, coser cosen como
primorosas, con mucho sentimiento, le contestaba Antonio.
La
mayoría de las hijas cosían para casas de modas. Cuatro eran
modistas: dos de trajes de vestir; una de trajes de toreros, y otra
de trajes para niños.
Dos
fueron auxiliares de farmacia, y otra taquillera del Metro; y el
chico y la más pequeña oficinistas.
-Gloriosos
Vivan
Daniel y su esposa Daniela
Que
en ellos están las estrellas
Y
un lucero
Que
han dado y darán
Luz
y vida a la tierra.
Esto
es lo que les cantaba, al finalizar la celebración de la boda, un
tío hermano del Daniel, Indalecio, que era muy aplaudido y
celebrado.
-Daniel
de Culla